Según un reciente estudio, realizado a más de 1.000 compañías y 3.000 candidatos, arroja que la capacidad para trabajar en equipo (70 %), para resolver conflictos (57 %) y para tomar decisiones (46 %) son las soft skills más interesantes para las empresas.
La globalización, la digitalización, la transversalidad, el uso de las tecnologías…, están provocando cambios en el paradigma de los mercados y, en consecuencia, de las necesidades de las empresas. Se necesitan empleados con cierta madurez, con principios colaborativos, de aprendizaje y proactivos.
Para las grandes empresas, las habilidades más requeridas son: el trabajo en equipo (69 %), la adaptación al cambio (61%) y la orientación a resultados (56 %).
En el caso de pequeñas y medianas empresas, las habilidades más requeridas son: la capacidad de trabajo en equipo (69,5 %), la capacidad de resolución de conflictos (57 %), y la capacidad de tomar decisiones (46 %).
El 78 % de la población activa española ya considera estas habilidades personales o “soft skills” diferenciales y claves. Sin embargo, no todos las poseen y algunas todavía no son fáciles de encontrar: la capacidad para tomar decisiones (57 %), la capacidad para resolver conflictos y problemas (56 %), la tolerancia a la presión (44 %) y la capacidad para adaptarse al cambio (42 %) son las cuatro soft skills más difíciles de encontrar en las personas.
Por tanto, de lo anterior se desprende una necesidad clara de dedicar esfuerzos en la formación de los jóvenes para que desarrollen sus habilidades sociales.