El uso de Normas Internacionales puede contribuir a la formulación ágil de políticas, mejorar la transparencia, la previsibilidad y la responsabilidad del proceso regulatorio y estimular el crecimiento económico sostenible.
Presentan una oportunidad y una aspiración a desarrollar economías más ecológicas e inclusivas y sociedades más fuertes y resilientes.
Las normas ISO desempeñan un papel fundamental para hacer realidad los objetivos de desarrollo, permitiendo un comercio internacional libre y justo, fomentando el desarrollo tecnológico y de la innovación, así como forjando confianza al facilitar especificaciones de categoría mundial basadas en el consenso.
- A nivel gubernamental, las normas se pueden emplear para respaldar las políticas públicas y las buenas prácticas reguladoras.
- A nivel del sector privado, las empresas pueden utilizar las normas para garantizar que sus procesos, productos y servicios cumplan su propósito y sean intercambiables y compatibles.
- Y los consumidores, se benefician enormemente de los bienes y servicios que se desarrollan conforme a unas normas, puesto que tienen la certeza de que son de buena calidad, seguros y respetuosos con el medioambiente.
La normalización será uno de los pilares básicos para la recuperación económica y el buen uso de los fondos europeos. Por ejemplo, la adhesión a unas normas concretas puede garantizar al gestor de los fondos que se reparten entre organizaciones, que respetan y apoyan los objetivos de la UE. Al mismo tiempo, aquellas que cuentan con certificaciones de gestión y continuidad de negocio, aportarán resiliencia al país.
El Plan Estratégico de ISO (a diez años) establece la visión, la misión, los objetivos y las prioridades de aquí al 2030, período en línea con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). La meta de dicha estrategia es garantizar que en un contexto mundial de cambio constante y rápido, las normas ISO sirvan para: «hacer que la vida sea mejor, más fácil y más segura.»